En toda empresa siempre hay
competitividad entre sus empleados. Todos quieren ser bien vistos por los jefes
por ello no solo intentan ser los mejores en sus puestos sino que también intentan
dejar en mal lugar a sus compañeros. Incluso hay trabajadores que boicotean el
trabajo de sus compañeros. Hoy trabajaremos en una empresa muy poco competitiva.
La serie “White Gold” de la
cadena BBC Two nos muestra las rivalidades extremas que mantienen los
trabajadores de una empresa de ventanas. Los personajes son malos, Vincent Swan
(Ed Westwick) es un arrogante jefe de ventas de una pequeña empresa que pese a
tener un futuro brillante sus excesos pueden hacerle caer en picado destrozando
su vida, Brian Fritzpatrick (James Buckley) es una ambicioso comercial de una
empresa pequeña que pese a su comportamiento desagradable logra realizar un
trabajo más que correcto.
Martin Lavender (Joe Thomas) es
un desesperado comercial de una empresa humilde que le cuesta un mundo realizar
alguna venta ya que en realidad sueña con ser músico, Jo Scott (Rachel Shenton)
es una tenaz comercial de una nueva empresa que tras sufrir un divorcio
doloroso ha llegado a su nuevo trabajo con ganas de comerse el mundo, Sam Swan
(Linzey Cocker) es la astuta esposa de Vincent que ama locamente a su marido
pese a conocer su naturaleza autodestructiva por lo que intenta que no se
descarrile para salvar su matrimonio.
Tony Walsh (Nigel Lindsay) es el
antipático propietario de una empresa de ventanas que pese a su malhumor sus
empleados saben como ganárselo cambiando su humor con las ventas, Carol (Lauren
O’Rourke) es la torpe recepcionista de una pequeña empresa que siempre mete la
pata en su trabajo además de ser una amante de la moda vistiendo a la última,
Ronnie Farrell (Lee Ross) es un encantador mafioso que utiliza la violencia que
blanquea dinero a través de la compra de antigüedades además de querer comprar
la empresa de Walsh.
La serie no ha gustado nada a la
crítica por lo que ha obtenido reseñas muy negativas. Lo peor de la serie han
sido sus personajes que resultan ser pesados y demasiado cansinos. Tampoco ha
gustado nada su guión flojo y aburrido que en ningún momento consiguen sacar
una carcajada al espectador. Además los años 80 quedan muy mal ambientados con
un vestuario demasiado excéntrico y unos decorados poco originales. BBC Two
renovó la serie para una segunda temporada pasando sus derechos a Netflix.
Como despedida os dejo esta
pregunta ¿Cómo os lleváis con vuestr@s compañer@s de trabajo?
Raúl.
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